Actualmente sólo se construye la turbina y la torre. La primera, está a cargo de la empresa Fuerza Eólica en el Distrito Federal, mientras que la segunda la fabrica Trinity Industries en Monclova, Coahuila.
México tiene la capacidad de producir en su totalidad un aerogenerador, pues de acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) cuenta con los recursos técnicos, humanos y de infraestructura necesarios.
Las palas del rotor o las aspas que se construyen en fibra de vidrio, así como los dos ejes, la caja de engranes o multiplicador, el motor de orientación y el sistema de control son elaborados en otras partes del mundo.
Pablo Gottfried, director de Fuerza Eólica, indicó que si ya se construyen las turbinas eólicas, lo más complejo por la ingeniería que requiere, es posible construir todas las demás partes.
“México tiene todas las capacidades técnicas para fabricar todos los componentes, estamos (en la AMDEE) impulsando una cadena de valor no únicamente en México, sino también como plataforma de exportación; México ya tiene la capacidad técnica”, indicó.
En este sentido, explicó que hace falta una visión de largo plazo que pueda dar certidumbre a inversionistas extranjeros de venir a fabricar estas piezas a México y poderlas exportar.
La energía eólica alcanzó apenas, en octubre de 2012, el umbral del uno por ciento, como porcentaje de capacidad efectiva que aporta a la energía necesaria total del país.
En junio de este año este porcentaje llegó a 1,13 por ciento, es decir, sólo 597 megavatios (MW) de los 53 mil 014 que necesitó el sistema eléctrico mexicano, de acuerdo con el Sistema de Información Energética (SIE).
Severo López Mestre, director general de MexEnergy, indicó que existen varias complicaciones en México para que se detone el potencial eólico que tiene el país.
“Pasa en todo el mundo, pero en México es especialmente complicado y es la capacidad de transmisión, es el lugar ideal para los aerogeneradores, no coincide con el lugar donde lo van a utilizar las empresas, entonces necesitas una capacidad de transmisión y esta parte no está bien desarrollada en México”, apuntó.
Una segunda complicación es que el esquema tarifario y de incentivos es complejo, poco claro y no es íntegro, acusó López Mestre.