El alto coste de las inversiones y la situación del mercado provocaron la retirada de la compañía alemana RWE del proyecto de construcción de un gran parque eólico marino en Reino Unido que beneficiaría a más de 900 mil hogares.
El director de energía eólica marina de la empresa germana, Paul Cowling, calificó de inviable el proyecto denominado Atlantic Array, el cual requería de una inversión de cuatro mil 800 millones de euros.
"Dadas las condiciones de mercado, ahora no es el momento adecuado para seguir avanzando con este proyecto", remarcó.
Por su parte, un portavoz del departamento de Energía del Gobierno británico señaló hoy que la medida ha sido tomada por decisiones técnicas y refleja los numerosos y complejos desafíos de la construcción de parque eólicos en alta mar.
De acuerdo con los planes, el parque eólico sería ejecutado en las costas del norte de Devon, al suroeste del país, y contaría con 240 turbinas capaces de producir mil 200 megavatios de electricidad capaces de abastecer a casi un millón de hogares y generar miles de empleos.
Desde el punto de vista ambiental el proyecto fue criticado por varias organizaciones ecologistas por el impacto que tendría en el ecosistema marino del Canal de Bristol.
El Ejecutivo británico tiene el objetivo de generar 15 por ciento de la energía de esta nación europea a partir de recursos naturales para el año 2020.
"Dadas las condiciones de mercado, ahora no es el momento adecuado para seguir avanzando con este proyecto", remarcó.
Por su parte, un portavoz del departamento de Energía del Gobierno británico señaló hoy que la medida ha sido tomada por decisiones técnicas y refleja los numerosos y complejos desafíos de la construcción de parque eólicos en alta mar.
De acuerdo con los planes, el parque eólico sería ejecutado en las costas del norte de Devon, al suroeste del país, y contaría con 240 turbinas capaces de producir mil 200 megavatios de electricidad capaces de abastecer a casi un millón de hogares y generar miles de empleos.
Desde el punto de vista ambiental el proyecto fue criticado por varias organizaciones ecologistas por el impacto que tendría en el ecosistema marino del Canal de Bristol.
El Ejecutivo británico tiene el objetivo de generar 15 por ciento de la energía de esta nación europea a partir de recursos naturales para el año 2020.