Rusia es el país que menos ha desarrollado la eólica, la fotovoltaica y otras energías renovables, por lo que llama la atención cualquier desarrollo, por pequeño que sea.
Rusia inauguró hoy su primera central híbrida de energía solar y diésel en el remoto poblado de Yailu, situado en una reserva natural en la República de Altái, al sur de Siberia.
"Es un paso importante para que nuestra república tenga su propia central eléctrica y logre la autosuficiencia energética", comentó el jefe adjunto del Gobierno de la República de Altái, Robert Paltaler.
La central fotovoltaica de 140 kilovatios incluye módulos fotovoltaicos y un generador diésel tradicional. Si la energía solar es insuficiente, arranca el generador diésel. La instalación funciona automáticamente.
Especialistas calculan que los módulos fotovoltaicos generarán hasta el 40% de la energía eléctrica que necesita el poblado de Yailu, y el resto corresponderá al generador diésel.
Se espera que la central permita reducir a la mitad el consumo anual del combustible diésel en ese remoto poblado. La instalación fue terminada aún en marzo, pero todo este tiempo estuvo funcionando en régimen de prueba.
Robert Paltaler asimismo informó que una segunda planta híbrida, de 100 kilovatios de potencia, será construida este año en otro remoto poblado de la República de Altái.