La energía eólica ha perdido 3.600 empleos en lo que va de año, o 25 puestos de trabajo cada día, y se siente en un "match point" en el que "la bola está suspendida en el aire" y a punto de determinar el futuro de un sector que "no sabe dónde caerá", aseguró el presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José López-Tafall, de Acciona.
Ni el ministro de Industria, José Manuel Soria, ni el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, ni ningún otro miembro del Gobierno ha asistido a la Convención Anual de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
El presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José López-Tafall, ha criticado la idea del ministro de Industria, José Manuel Soria, de basar la retribución de las actividades reguladas, como las energías renovables, en los costes de inversión porque es “tratar igual a desiguales”.
El presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José López-Tafall, ha asegurado que el sector eólico español ha destruido 3.600 empleos desde principios de año por el impacto que han supuesto los últimos cambios regulatorios.
Durante su intervención en la Convención Eólica 2013, López-Tafall ha señalado que los sucesivos recortes en la retribución y cambios en la normativa han provocado que este año hayan cerrado nueve fábricas y tres estén en fase de cese de actividad, lo que supone la pérdida de unos 25 empleos diarios.
López-Tafall ha aludido a los diferentes cambios regulatorios puestos en marcha de 2010, entre las que figura la moratoria para la concesión de primas a nuevas plantas, y ha subrayado en especial el impacto del impuesto a la generación eléctrica y de la modificación del mecanismo de actualización de las primas.
Según el presidente de la AEE, solo la actualización conforme a la inflación subyacente a impuestos constantes, en lugar del IPC, reducirá este año los ingresos del sector eólico en 600 millones de euros respecto a la regulación inicial, un recorte que alcanzará los 6.000 millones “de aquí a 2020″.
“Se nos ha castigado con tal dureza que parece que somos los únicos responsables del déficit tarifario” -el desfase que se produce entre los ingresos y los costes del sistema eléctrico-, ha lamentado López-Tafall.
Sin embargo, ha advertido que “lo peor parece que todavía está por llegar” y que, aunque ignora las medidas que incluirá la reforma que prevé presentar el Gobierno este mes, esta decidirá si la eólica podrá “seguir contribuyendo a sacar a España de la crisis” o “contribuir a generar más crisis mediante la destrucción de empleo”.
Ha abogado por un “ajuste equilibrado de las medidas” y ha pedido al Gobierno que los posibles recortes sean temporales, ya que en el actual desfase económico del sistema eléctrico “subyace un problema de caída de la demanda”.
"Tras veinte años de inversiones y de haber liderado una industria puntera, nos encontramos mirando la bola, intentando averiguar dónde caerá", afirmó López-Tafall durante la inauguración de la Convención Eólica 2013, antes de asegurar que el sector "ya ha pagado por adelantado la factura" en los sacrificios contra el déficit de tarifa.
El presidente de la AEE lamentó la ausencia en la convención de un representante del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, notificada ayer a través de una carta en la que se aludía a la inminente aprobación de la reforma energética como pretexto para rehusar la invitación.
Pese a la ausencia de Industria, López-Tafall rechazó la idea lanzada ayer por el ministro José Manuel Soria de asimilar las rentabilidades razonables de energías renovables, transporte y distribución. "No se puede tratar igual a desiguales" y hacer esto puede incluso "crear problemas", dijo.
Junto a esto, describió la situación del sector, en el que se acaba de anunciar el cierre de otras nueve fábricas y de suspender la actividad de tres, y reclamó al Gobierno que apruebe un plan específico para la eólica que garantice "la vida tras la reforma".
Además, pidió que las mermas en los ingresos de la eólica fruto de los recortes para acabar con el déficit de tarifa sean "temporales" y "se puedan compensar en el futuro", una vez se haya recuperado el consumo de electricidad, que es a su juicio una de las principales causas del desajuste del sistema eléctrico.
También reclamó al Gobierno que, "al menos", consulte con el sector las normas que va a aprobar, aunque solo sea para corregir errores, y advirtió del riesgo de que España quede relegada a una posición anecdótica en un sector en el que ha sido líder mundial.
Nadal, el Atila de las energías renovables en España.
"Ya dijo Unamuno eso de 'que inventen ellos'" y "no hay nada que duela más que ver a países como Francia o Reino Unido intentando ocupar el hueco que les estamos dejando en el desarrollo de la eólica", aseguró, antes de considerar que, en un sector como este, "en tiempos de cambios es mejor no hacer mudanza".
"Los periodistas nos dicen que hay que salir de casa llorados, y respondemos que con estos números no podemos dejar de llorar", afirmó a continuación López-Tafall. El sector sufrió un recorte del 35% en sus ingresos en la anterior legislatura, medida que, pese a ser temporal, se ha prorrogado, así como la moratoria a nuevas instalaciones primadas y otras medidas.
López-Tafall aseguró que "la eólica ha sido castigada con tanta dureza que parece la responsable del déficit", cuando en realidad España es un "ejemplo" mundial de correcta integración y desarrollo de esta tecnología. "Incluso los que apostaron contra la eólica están ahora pidiendo que pague los errores del pasado, y ya hemos pagado con creces", añadió.
Frente al discurso de que la eólica es una de las causas del déficit de tarifa, el presidente de la AEE replicó que en 2012 esta tecnología generó el 17% de la electricidad y solo ingreso el 11% del total. "Lejos de esas burbujas que algunos detectan mirando con catalejo y sin ponerse jamás las gafas de cerca", señaló.
Junto a esto, destacó algunos de las fortalezas de la eólica, entre ellas su capacidad para reducir el precio del mercado eléctrico en 11,5 euros por megavatio hora (MWh) en los primeros meses, o que en España es capaz de funcionar con el menor coste de Europa, solo por detrás de países con más recurso de viento, como Dinamarca o Suecia.