La Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA, por sus siglas en inglés), que celebra desde el lunes en España el congreso anual del sector, presentó este martes su Agenda Estratégica de Investigación hasta 2030, que recoge una serie de medidas para mejorar su competitividad con el objetivo de alcanzar para esa fecha el 25% del consumo eléctrico en el continente.
El sector eólico europeo, reunido en un congreso celebrado en Barcelona, se propuso este martes el reto de reducir notablemente el coste de la producción energética en 2030 para aumentar su cuota de mercado hasta el 25%.
“Para 2030, el coste de producir energía en parques terrestres debe ser un 20% menor. Y para 2030, el coste de producir energía en plantas en alta mar debe ser un 50% menor del que era en 2008″, resumió Jacopo Moccia, director de asuntos políticos de la EWEA.
Para llegar a este objetivo, la EWEA establece en su hoja de ruta varios aspectos a mejorar como la predictibilidad del clima, el diseño de las turbinas, la integración de los parques eólicos a la red eléctrica, el desarrollo de los parques instalados en alta mar y el despliegue de un mercado de energía eólica estable.
“Creemos que son objetivos ambiciosos pero alcanzables a nivel tecnológico. Pero vale la pena decirlo desde el principio, hay algo muy necesario para alcanzar estos objetivos y es volumen. Necesitamos volumen de negocio”, señaló Moccia.
Moccia destacó que la energía eólica ha pasado de abastecer el 4% de la demanda global en 2008 al 8% en 2013. Sin embargo, los objetivos del sector pasan por llegar al 14% de la cuota de mercado en 2020, antes de alcanzar el objetivo de 2030.
Para fomentar este crecimiento, la EWEA pidió tanto a la Comisión Europea como a los diferentes Estados un marco regulatorio estable y un apoyo a esta industria que, según afirman, puede generar 850.000 empleos en 2030 en todo el continente.
Este congreso de Barcelona se desarrolla en un momento de incertidumbre en el sector, después de que la Comisión Europea limitara el fomento a las energías renovables en sus objetivos para el clima en el 2030 y algunos países, como la propia España, hayan reducido las ayudas a estas industrias, fuertemente subvencionadas en el pasado.