El año pasado, 25 por ciento de la electricidad fue generada por energías renovables en Alemania. El primer lugar fue para la eólica (8,4 por ciento), seguida por biomasa (6,7), energía solar fotovoltaica (4,7) e hidráulica (3,4). Mientras Rajoy da un nuevo hachazo a todas las energías renovables, Alemania las promueve.
Tras la catástrofe nuclear de Fukushima en marzo de 2011, la canciller Angela Merkel decidió la desconexión de todas las centrales nucleares en 2022.
El llamado “Energiewende” (giro energético) implica también que la primera potencia europea debe aumentar la cuota de energías renovables del 25 por ciento actual al 80 por ciento en 2050.
La decisión, confirmada por fuentes del gobierno a la agencia DPA, coincidió con un acuerdo con la Comisión Europea que puso fin a una larga disputa por las ventajas que Alemania otorga a su industria para evitar que se perjudique por el cambio de modelo energético.
Con el fin de que las renovables alcancen esa cuota de 80%, el gobierno alemán reforzó la Ley de Energías Renovables (EEG) con más subsidios a fuentes como la eólica, la solar o la biomasa.
Sin embargo, la medida se trasladó a la factura de la electricidad y disparó el costo pagado por los contribuyentes.
La nueva enmienda aprobada hoy y diseñada por el ministro de Energía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, reorganiza y recorta parte de las ayudas para controlar el aumento del costo eléctrico. La ley renovada aún debe ser aprobada por las dos Cámaras del Parlamento y podría entrar en vigencia en agosto próximo.
También las empresas afrontaron un incremento de costos por el fomento de las renovables, pero el gobierno de Merkel aprobó importantes descuentos a parte de la industria que abrieron una disputa con la Comisión Europea.
El acuerdo alcanzado hoy con Bruselas permite a Alemania mantener las concesiones a industrias con uso intensivo de energía para salvar unos a 800.000 puestos de trabajo en el sector.