La Asociación Argentina de Energía Eólica pide un marco regulatorio adecuado para desarrollar el sector, en uno de los países con mayor potencial eólico.
El sector eólico había crecido fuertemente, en un contexto mundial favorable, en tanto que en Argentina el crecimiento en volumen de mercado del sector eólico superó el 80% en 2012. La industria eólica mundial registró el récord absoluto con 44,6 GW de nueva potencia instalada, que ha superado los 282 GW, según los datos de la World Wind Energy Association.
Las condiciones climáticas que presenta Argentina sitúan al país en una posición eólica muy favorable: en aproximadamente el 70% del territorio soplan vientos fuertes y constantes. En particular, la Patagonia garantiza una cantidad de viento constante equivalente a 4.500/horas al año.
También en el sector solar, gracias a una notable radiación, Argentina ofrece grandes oportunidades de desarrollo. Las condiciones son favorables, además, para otras energías renovables como la energía geotérmica termosolar y fotovoltaica, además de la hidroeléctrica, ya muy utilizada.
Pero para un aprovechamiento racional del viento como fuente de energía primaria de bajo impacto ambiental para la generación de energía eléctrica, la forma de energía comercial más utilizada en el mundo, se necesitan tres condiciones fundamentales:
-Viento de calidad adecuada para el aprovechamiento de su energía cinética en energía eléctrica.
-Redes eléctricas adecuadas para evacuar por ellas la energía eólica generada.
-Legislación adecuada para garantizar al inversor del exterior una utilidad razonable y exportable en divisas.
A este conjunto se agrega también la garantía de continuidad jurídica en el país en que invierte.
Las fuentes privadas locales comparan el viento aprovechable en 70% del territorio argentino, que permite alcanzar factores de capacidad superiores a 25% y en casos extremos hasta sobrepasar 40%, con las condiciones que caracterizan a Europa y otros lares, donde se está satisfecho con llegar a 25% y eventualmente hasta 8,5% en parques eólicos offshore, con mayores costes que en tierra.
Uno de los puntos débiles que se reconocen en Argentina son las redes eléctricas, por ser en su mayoría radiales y no fuertemente malladas como en el caso de países europeos y otros. Hay lentos avances en este aspecto.
Sin embargo, el punto débil en comparación inclusive con los vecinos Brasil, Uruguay y Chile es la legislación. Si bien ninguno de ellos tiene una legislación tipo Feed-in Tariff propia de los países que marchan a la vanguardia en la generación eólica, en todos se recurre a licitaciones que tienen en común la garantía estatal de la compra a valores fijos y por largos plazos (20 años, mientras que en Argentina solamente 15 años).
La Ley 26.190/2006 fijó la meta de generar el 8% del consumo eléctrico a partir de energías renovables para el año 2016.