El proyecto eólico de energías renovables de Oaxaca ha sido un desperdicio, pues varios inversionistas ya han desembolsado más de 300 millones de dólares y tienen comprometidas líneas de crédito por 700 millones más.
Mareña es una empresa que se proyectó como el parque de energía eólica más grande de Latinoamérica y que buscó establecerse en Oaxaca con una inversión de 15,000 millones de pesos para desarrollar un complejo que produciría 1,6 GWh de electricidad y que abastecería a las empresas de FEMSA (Coca-Cola).
Pese a ser el proyecto eólico más importante del país, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué se desentendió del caso y el presidente de Mareña, Jonathan Davis anunció el retiro de la empresa del estado de Oaxaca, ante la falta de garantías jurídicas para su establecimiento en el municipio de San Dionisio del Mar, en el Istmo de Tehuantepec.
En junio del 2011 recibió el permiso de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para iniciar la construcción del parque eólico y casi un año después, el titular de la CRE, Francisco Xavier Salazar, envió una carta al gobernador Gabino Cué para mostrar su molestia por la falta de interés en el proyecto. Aun así, no hay ninguna respuesta clara y concreta.
Es por esta y otras razones que el presidente de Mareña envió un comunicado explicando: “Nos cansamos de esperar a que el gobierno aplique la ley… nos hemos reunido con el Gobernador y le hemos solicitado hasta el cansancio que intervenga para hacer valer el estado de derecho? pero la respuesta es la misma”.
Con aerogeneradores de Vestas de Dinamarca y arrumbados en una bodega de Salina Cruz, la central eólica permitiría ahorrar el consumo de 1.92 millones de barriles de petróleo al año.
Lo más increíble del caso Mareña es que en pleno siglo XXI, la región Istmo de Tehuantepec está enfrentado por las comunidades de San Dionisio del Mar y San Mateo del Mar que está impidiendo el desarrollo.
Fuentes cercanas a las comunidades señalan que los líderes comunales se han dejado corromper y piden fuertes cantidades de dinero a cambio de dejar pasar el proyecto, justificando argumentos medioambientales.
Los últimos días se ha dado a conocer que organizaciones sociales vinculadas a la Sección 22 del SNTE se oponen al Parque Eólico, situación que originó la entrada de la Secretaría de Gobernación en el conflicto.
El Parque Eólico de Oaxaca busca aprovechar las condiciones atmosféricas del istmo de Tehuantepec; donde su calidad del viento alcanza velocidades promedio superiores a los 8.5 metros por segundo y ha despertado el interés de grupos internacionales como Iberdrola y ACS con inversiones que sumarían miles de millones de pesos.
Resulta increíble que a pesar de que Oaxaca es uno de los estados más pobres del país, con un PIB per cápita de 56,975 pesos anuales y con el 68% de su población en pobreza, el gobernador Gabino Cué no haga nada por el proyecto.