La embajada alemana se ha quejado y gigantes como Deutsche Bank, E.ON y RWE y nipones como Mitsui o Mitsubishi critican que el Ejecutivo de Mariano Rajoy haya herido de muerte al sector renovable y, de nuevo, con carácter retroactivo.
Mientras Estados Unidos y Arabia Saudí se movilizaron en España para evitar nuevos recortes a las energías renovables que dañaran los intereses de sus fondos y empresas presentes en españa, otros países como Alemania o Japón optaron por una vía menos agresiva y confiaron en que el Gobierno suavizara, en la última reforma energética, el impacto de los recortes en el sector de las energías renovables, que es el que más ha sufrido los ajustes en los últimos años.
Pero el Gobierno de Mariano Rajoy ha sido implacable con la reforma aprobada el pasado 12 de julio y ha puesto fin al sistema de primas a las energías renovables tal y como se conocía hasta la fecha, dando una estocada que puede ser la definitiva sobre todo para sectores como la energía solar fotovoltaica o el termosolar (algo menos al eólico).
Precisamente estos dos sectores han atraído desde 2008 ingentes volúmenes de inversión extranjera, entre los que destacan fondos y empresas de Alemania y Japón. La reforma energética ha colmado el vaso de su paciencia y ahora comienzan a llover las críticas al Gobierno español.
Ha abierto la veda la embajada de Alemania, que ya se ha quejado en Moncloa de la nueva deriva antirrenovable del Ejecutivo. Pero además, gigantes alemanes de la talla de Deutsche Bank, a través de su poderoso fondo de infraestructuras RREEF, las eléctricas E.ON (opera en termosolar junto a Abengoa además de ser la quinta elécttrica en España) y RWE (fuertes intereses en el negocio eólico), el promotor Gehrlicher Solar AG o fabricantes como Siemens, entre otros, han hecho llegar su malestar al Ejecutivo por diferentes vías (llamadas telefónicas, cartas, quejas a través de las patronales…), confirman fuentes del sector energético español.
También están en ello grupos japoneses como Mitsubishi, que opera en España en renovables en alianza con Acciona y FCC, Mitsui (antiguo socio de FCC en termosolar), Itochu o JGC Corporation (aliado de Abengoa), que además de mostrar su malestar al Gobierno por los nuevos recortes ya recibieron hace un mes la ayuda del séquito que trajo a España el príncipe heredero de Japón, Naruhito.
El equipo económico del Gobierno de Japón hizo saber al español su inquietud por los nuevos recortes a las energías renovables. Las presiones llegaron tarde, la reforma ya no tenía vuelta atrás.
En el caso alemán las críticas al Ejecutivo de Rajoy (y por extensión al de Zapatero, que inició los duros recortes en las ayudas al negocio verde) van más allá: fuentes empresariales destacan que algunos fondos alemanes se quejan del agravio comparativo frente al trato dado por los gobiernos de España a los inversores estadounidenses. El antiguo embajador, Alan Solomont, defendió a capa y espada los intereses estadounidenses en el sector renovable y consiguió que tanto en febrero como ahora (reforma energética), la empresa Solar Reserve se salve del ajuste a las primas (opera una futura central ermosolar en Alcázar de San Juan), manteniendo una retribución especial.
Las presiones de Solomont al anterior gobierno de Zapatero aparecieron en los cables del Departamento de Estado revelados por Wikileaks. El embajador blandió la importancia de dar entrada a Solar Reserve, que se quedó fuera del cupo de termosolares, como contrapartida a la facilidad con la que compañías como Abengoa o Acciona desarrollan sus proyectos termosolares en EEUU.
El 'salvoconducto' dado ahora por el ministro José Manuel Soria a Solar Reserve, que mantendrá una retribución especial, como publicaba El País hace unos días, ha provocado la ira de muchos fondos e inversores alemanes.
No en vano, una parte importante de los ahorros de los jubilados y de algunos gremios alemanes se canalizan vía fondos a inversiones en España, especialmente en sectores seguros y regulados como la energía o las infraestructuras. Pero ahora, denuncian estos fondos, en España no hay seguridad jurídica, como ponen de manifiesto no sólo los permanentes recortes aplicados en las energías renovables desde 2010 sino también el cambio de modelo, que elimina las primas, supedita la retribución a una rentabilidad ligada a la deuda pública y ataca con retroactividad a las plantas más antiguas (eólicas principalmente), que cobrarán menos por estar más amortizadas sus inversiones.
Las críticas también recuerdan que Alemania es ahora uno de los países líderes en inversiones renovables. Con la mitad de horas de sol que España, el vecino europeo cuenta ya con 32.698 megavatios fotovoltaicos instalados, frente a los 4.500 de España. Y seguirán creciendo, porque el país prescindirá de la energía nuclear en ocho años.
Los asesores en España de algunos de estos fondos alertan de posibles dificultades futuras de los gigantes renovables españoles que quieran apostar por Alemania. La canciller Angela Merkel defendió hace unas semanas el modelo actual "en el que no se renuncie a las primas renovables", y que a cambio las empresas que reciben estas ayudas "participen en la expansión de la red, en el suministro de energía, en el almacenamiento y en temas similares". España no ha seguido esta vez las indicaciones de Merkel, y ha seguido adelante con el proyecto para hacer desaparecer las primas.
Algo parecido puede ocurrir en Japón, un país que tras la catástrofe nuclear de Fuckushima ha hecho una fuerte apuesta por las inversiones renovables. Igual ocurre con Arabia Saudí, donde ya está en marcha el plan de desarrollo de la energía solar. De ahí que las empresas españolas teman que los recortes de aquí también les puedan afectar en sus intereses internacionales. "Las empresas españolas de renovables, otrora referentes mundiales, pueden ahora encontrarse con más dificultades en otros países para hacerse con contratos, dado el ejemplo dado por España".
Y después de las presiones llegan las denuncias. A los pleitos, recursos y proceso arbitrales ya abiertos por fondos internacionales contra España se unirán ahora otros muchos a la vuelta del verano, una vez que se conozca en detalle el alcance de los recortes. Las patronales renovables fijan en algo más de 1.300 millones de euros el nuevo ajuste a la retribución del sector, lo que hará que muchas plantas, especialmente fotovoltaicas, cierren y hay fondos que abandonen España.