Argentina tiene un potencial eólico de 2 millones de megavatios, pero apenas ha desarrollado la eólica y otras energías renovables.
La Patagonia tiene un régimen de vientos óptimo para generar energía eólica y se destaca entre las regiones más aptas del mundo. Se ha determinado que el potencial eólico de la Argentina supera los 2.000 gigavatios, o sea 100 veces la capacidad total instalada sumando todas las fuentes -térmica, hidráulica, nuclear-, por lo que nuestro país posee mayor potencial eólico que petrolífero, según los especialistas.
El déficit energético de Argentina es grave y si no se concretan nuevas inversiones será peor en los próximos dos o tres años, admitió días atrás el presidente de YPF, Miguel Galuccio.
Tal afirmación es preocupante por el drenaje de divisas para sostener un consumo sin autoabastecimiento y por la complejidad de la explotación hidrocarburífera para revertir el desequilibrio.
Por eso Argentina debe invertir en energías renovables como la eólica, la energía solar fotovoltaica y termosolar o geotérmica, recursos inagotables sin secuelas ambientales y el coste ínfimo de producción.
En ese sentido avanzan varias obras y proyectos, como la generación fotovoltaica en San Juan y las perspectivas geotérmicas, en tanto se acaba de lograr un acuerdo de fideicomiso para financiar el Parque Eólico de Puerto Madryn, en Chubut.
La primera fase tendrá una potencia instalada de 50 megavatios, con una inversión de 130 millones de dólares, previéndose una habilitación comercial para abastecer a una población de 75.000 viviendas.
Esta obra se sumará al parque eólico más importante del país, en Rawson, también en Chubut, de 80 megawatios con 19 meses de operación y ahorro de 112 millones de dólares en la importación de combustibles líquidos y reducción de emisiones en 305.000 toneladas de CO2.