Paraguay es uno de los países latinoamericanos donde menos se ha desarrollado la energía eólica, al contar con la enorme producción hidroeléctrica de Itaipú, que en gran parte se exporta a Brasil, a unos precios de usura.
"En el Chaco existen lugares con potencial eólico para la generación de electricidad, principalmente en pequeña escala, que utilizaría bancos de baterías para el almacenamiento de la energía. También en algunas zonas del oeste del Chaco hay potencial para mayor escala, como los parques eólicos, pero ya con una implicancia mayor, pues para ello deben existir líneas de transmisión de la energía producida", indicó el Julián Báez, licenciado en Meteorología y coordinador del estudio.
La energía eléctrica producida por el aprovechamiento de la energía eólica beneficiaría no sólo a las poblaciones alejadas que no tienen acceso a la red, sino que, además, por tratarse de una energía alternativa y renovable, tendría bajísimo impacto en el medio ambiente.
"Regiones aisladas del Chaco paraguayo difícilmente recibirán energía hidroeléctrica de la ANDE; por tanto, deben explorarse otras fuentes de energías renovables como la eólica y la solar", agregó Báez.
Un equipo de investigación de la UC lleva adelante desde el 2008 el proyecto "Evaluación del recurso eólico como potencial fuente de energía renovable para comunidades aisladas del Paraguay", con el objetivo de determinar la viabilidad de utilizar el viento para producir electricidad en comunidades rurales, especialmente en el Chaco.
Los resultados de la investigación -financiada por el Conacyt- revelaron que existen varias regiones del Chaco paraguayo con gran potencial de viento para la generación de electricidad eólica en pequeña escala, y, en menor medida, zonas con capacidad productiva a gran escala. La generación de energía eólica contribuye a la reducción del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera y, consecuentemente, a la mitigación del cambio climático.